Hace tiempo que no hablo de los mitos del autismo...
Últimamente escucho mucho hablar del tema y me he encontrado con la necesidad de corregirlos alguna que otra vez, tod@s los que lo conocemos bien deberíamos corregir éstos mitos muy a menudo, ya que luego la desinformación es muy peligrosa en determinadas manos.
Aquí os pongo algunos de ellos y sus aclaraciones, las fuentes son de:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151011_vert_fut_4_mitos_sobre_autismo_yvhttps://www.uv.mx/rm/num_anteriores/revmedica_vol14_num1/articulos/autismo.pdf
http://autismodiario.org/2011/02/09/algunos-mitos-sobre-el-autismo/
Son personas incapaces de sentir o de expresar afecto. FALSO
Las personas con autismo sienten, ríen, lloran, se enfadan, acarician, dan besos, quieren jugar… A veces, debido a su forma de pensamiento distinto y a los problemas sensoriales, les cuesta un poco más expresarlo. Pero aquí estamos los padres, los familiares, los amigos, los educadores, los terapeutas… Un equipo magnífico que les enseñamos a canalizar las emociones, a expresarlas, a compartirlas. Uf, la sonrisa de mi hijo, cómo me dice “mamá te quiero mucho”, cómo va en busca de otros niños para jugar con ellos, cómo se entristece cuando alguien grita…
Todos los niños con autismo son “genios,” tienen un talento o son muy inteligentes. FALSO
Los niños con autismo pueden tener varios resultados en sus rangos de CI. Algunos niños con autismo pueden exhibir habilidades extraordinarias como el recuerdo de un amplio rango de fechas y eventos, la suma de números grandes sin el uso de una calculadora, o tocando la música clásica de Bach y Beethoven en el piano a la edad de tres años (Sicile-Kira, 2004). Sin embargo, estos mismos niños pueden tener dificultades con cambios, rutinas nuevas, o al mantener una conversación. Como otras personas, niños con autismo tienen sus fortalezas y sus debilidades.
Todos los niños con autismo tienen problemas de aprendizaje. FALSO
El autismo se manifiesta de formas distintas según la persona. Los síntomas del trastorno pueden variar considerablemente y, aunque algunos niños tienen graves problemas de aprendizaje, otros son muy inteligentes y pueden arreglárselas muy bien con material de aprendizaje difícil.
Son niños que no pueden ir a colegios normales. FALSO
En general, los niños con autismo se benefician enormemente de la integración en la vida escolar. Sólo los casos graves no pueden enfrentarse a un aula o su comportamiento puede ser perjudicial para otros niños.
Son niños que aprenden a comprender las reglas del mundo en el que nos movemos en nuestro día a día. Un mundo en el que hay cabida para la diversidad. No olvidemos que todos somos iguales, aunque diferentes.
No cerremos puertas y luchemos juntos por la inclusión. No difundamos falsas ideas, sino la realidad del autismo.
Lo que hace falta es crear un modelo educativo ideal con los apoyos necesarios y el ambiente estructurado preciso para favorecer la inclusión. Nunca cerrarles las puertas, sino abrirlas de par en par.
El autismo o TEA es consecuencia de unos malos padres, de su falta de afecto. FALSO
Hace ya tiempo que la teoría de las “madres nevera” y el trauma por no recibir afecto –bases de la corriente del psicoanálisis- cayeron por su propio peso. Muchas veces pienso en esos pobres padres que tenían que escuchar que ellos eran los “culpables” del autismo de su hijo, y veían cómo los separaban de su tesoro para internarlo en una institución de por vida. ¿No es un horror?, ¿cómo se puede hoy en día ni siquiera hacer mención a esa posibilidad?
Todo niño necesita a sus padres, tenga o no autismo. Precisamente la intervención de los padres en el día a día, su cariño, su constancia, la estabilidad familiar… son de una ayuda absoluta.
Son niños muy agresivos que se autolesionan. FALSO
Las personas con autismo a veces se frustran o intentan aferrarse a rutinas que les dan seguridad. Necesitan más ayuda que los otros niños, mucha comprensión y una terapia que les oriente en su camino hacia adelante. Pero de ahí a definirlos como niños “agresivos que se autolesionan” hay un mundo. Incluso en el caso de que aparezcan conductas desafiantes, éstas son controlables y terminan por desaparecer con una intervención adecuada.
No hay causa genética en el autismo. FALSO
Hoy en día cobra cada vez más fuerza que los factores genéticos juegan un papel muy importante. Está claro que el autismo puede ser hereditario. Los estudios demuestran que en el caso de gemelos en la misma bolsa, la posibilidad de que uno tenga autismo si el otro lo tiene supera el 90%. Y hay un 20% más de posibilidad de tener un segundo hijo con autismo que en familias donde no existe el trastorno.
El autismo se cura con tratamiento y medicamentos. FALSO
El autismo es un síndrome clínico y no una enfermedad
curable. Los síntomas en el niño autista pueden tratarse y
disminuirse con medicamentos neurolépticos, antidepresivos, y
benzodiacepinas, los cuales ayudan a disminuir la sintomatología
típica del autista. Los medicamentos también pueden y deben
combinarse con terapia psicológica y psiquiátrica para ofrecerle
una mejor calidad de vida tanto al paciente autista como a su
familia. Los tratamientos terapéuticos más conocidos aplicados
al autismo son:
• Tratamientos sensorio-motrices. Abarcan varios
modelos de terapias que aún carecen de evidencia
sobre su efectividad, como el entrenamiento de
integración auditiva14.
• Sistemas alternativos/aumentativos de comunicación15.
Son sistemas no verbales de comunicación, que se emplean para fomentar, complementar o sustituir el
lenguaje oral, utilizando en su lugar objetos, fotografías,
dibujos, signos, símbolos y sistemas de sonido. A esta
terapia se le han reconocido avances en las funciones
comunicativas.
Es a causa de la vacuna triple vírica. FALSO
Durante mucho tiempo se pensó que el autismo estaba
íntimamente relacionado con la aplicación indiscriminada
de vacunas. Esta idea llevó a muchas personas a demandar a
algunas instituciones, porque consideraron que las vacunas eran
las responsables de que sus hijos padecieran TEA. Actualmente
algunos padres optan por no vacunar a sus hijos. El timerosal era
el elemento asociado a la aparición de diferentes sintomatologías
que llevaban a la conclusión de que las vacunas tenían efectos
adversos, sobre todo el grave efecto de causar autismo. Sin
embargo, el timerosal está compuesto por etilmercurio para el
cual, a diferencia del metilmercurio, no se ha demostrado su
neurotoxicidad.
La
gente con autismo no tiene empatía. FALSO
Las personas autistas han sido históricamente
representadas en la literatura clínica y en los medios de
comunicación como autómatas sin emociones, incapaces de sentir
compasión.
"Es la plaga de aquellos incapaces de sentir",
decía uno de los primeros reportajes periodísticos sobre el
síndrome de Asperger en 1990. Este artículo definía a las personas
autistas como "crueles" y "sin corazón"
Pero, en realidad, las
personas autistas suele tener gran consideración hacia los
sentimientos de quienes les rodean. Sin embargo, tienen
dificultad para entender señales sociales, como cambios en su
expresión facial, en el lenguaje corporal y en el tono de voz.
La idea de que los autistas no tienen empatía se ha
utilizado para justificar un crueles injusticias contra ellos
–incluyendo la afirmación, por parte de figuras mediáticas como
el presentador de la MSNBC Joe Scarborough– de que hay muchos
asesinos entre ellos.
Pero es difícil, tanto para las personas autistas como
para quienes no lo son, ver el mundo desde el punto de vista del
otro. La empatía es una vía de dos direcciones.