sábado, 1 de agosto de 2015

Pasito a pasito...

Y aquí estamos, segundo hijo y volver a pasar por esas metas que nos ponen como madres continuamente.
Todas las madres me entenderán.... vayamos a donde vayamos alguien viene con su cartilla aprendida, te para y te dice eso de
 ¿Habla ya? ¡El mío hablaba con X meses!
 ¿Va ya sólo al baño?
 ¿Aún usa chupe? 
 ¿Aún toma pecho? 
 ¿Hace el pino puente ya?
Aunque os parezca sorprendente me encuentro con gente que me muestra auténtica repulsa al saber que mi hijo de dos años aún toma pecho, David usaba chupe y la gente lo "toleraba" mejor, curioso ¿Verdad?.
Yo tengo a mis amigas de toda la vida, que hemos hecho nuestro grupo de WhatsApp y hemos ido siendo mamis, unas antes o después de otras, pero ahora mismo somos todas madres de unos preciosos hij@s y si algo se ha sacado en claro en todos los ratos de charlas de todas, es que cada madre tiene su método de crianza, cada madre es un mundo, cada niño lleva un ritmo y cada casa es un mundo diferente a la casa de al lado.
Ayer hablando con otra amiga de toda la vida que también alargó la lactancia a los tres años, como yo estoy haciendo, me decía lo mismo.
Yo opino, lo cual no es ley, sino opinión, que cada niño va a llevar su evolución, no quiero forzarlos, cuando estén preparados lo haremos.
Mi David, mi rey, todos saben mi pelea todos los veranos por que David se bañe, todos los años bajamos con él, le metemos los pies, le cogemos en brazos, y nos metemos en el agua con él (normalmente lo hace su papi)
y todos los años David lloraba y sufría, pues bien, éste año papi bajó a David, metió los pies en el agua y no lloró, lo cogió en brazos y lo bañó, no lloró, ni se quejó. 
pues ahí estamos todas las tardes con mi rey en el agua y él disfrutándolo, sin forzarlo, sin pasarlo mal, cuando él ha estado preparado.
Otro ejemplo es la comida, David no quiere comer sólidos, habíamos conseguido que comiese bizcochos, patatas fritas o pan, pero cuando nació Juan dio un pasito atrás y dejo de querer, aún así de vez en cuando le ofrezco, si no quiere no le doy, pues hoy al fin ha vuelto a comer su bizcocho de merienda, sin más, le he ofrecido y lo ha cogido.
Todo lleva su evolución, no digo que no haya que regañarlos, o que decirles cuándo hacen algo mal, eso sin duda es esencial.
Digo que no estamos en una competición, que tus hijos no tienen que ser los que antes hagan nada, que no les pongamos metas a las que a lo mejor aún no están preparados para llegar... porque les terminaremos creando traumas de inferioridad y les haremos tener la sensación de fracaso o decepción a sus padres. 
Ten orgullo para tu hijo, porque a lo mejor el de la vecina ha andado, hablado o hecho el pino puente antes, pero ¿Y lo bonito que hace tu niño las líneas con el boli? ¿Y lo cariñoso que es? ¿ Te has dado cuenta de el potencial que puede llegar a tener?
Que tu hijo haga las cosas de bebé antes no quiere decir absolutamente nada, lo que importa es el futuro, ahora disfruta de su infancia.